Con hábitos de vida saludables podrían evitarse cuatro de cada cinco infartos de miocardio


De acuerdo a un estudio de publicado hace poco más de un mes en el Journal of the American College of Cardiology, si las personas siguieran las recomendaciones reconocidas como saludables en sus hábitos de vida, podrían evitarse 4 de cada 5 infartos de miocardio [1]. En esta investigación hecha en Suecia, casi 21.000 varones sanos de entre 49 y 79 años en el momento de ser enrolados fueron seguidos durante 11 años. Al comienzo del trabajo ninguno de los participantes padecía ni había padecido hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular, colesterol elevado ni cáncer. Los hábitos de vida evaluados fueron 5: la dieta, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el ejercicio físico y la acumulación de grasa en el abdomen.

Durante ese lapso de tiempo se registraron casi 1.400 infartos. Los participantes que cumplieron con los 5 hábitos de vida saludables, es decir, llevar una dieta adecuada, no fumar, ser moderados con el consumos de alcohol, caminar o andar en bicicleta un promedio de 40 minutos diarios más una hora de ejercitación semanal y mantener una circunferencia abdominal máxima de 95cm, tuvieron un 79% menos infartos.

Los autores estimaron cuánto influye en el riesgo de tener un infarto cada uno de los 5 hábitos de vida incumplidos. El tabaco causó el 21% de los infartos, la inactividad otro 20%, la dieta no saludable el 16%, el exceso de grasa abdominal el 15% y el exceso de alcohol el 7%. Sólo el 21% de los infartos no estuvo asociado a ninguno de estos factores.

Lo frustrante de este estudio es la constatación de que sólo el 1% de la muestra de hombres cumplía adecuadamente con las 5 pautas de hábitos saludables, a pesar de que las enfermedades cardiovasculares son la causa más frecuente de muerte.

Referencias

[1] Åkesson A, Larsson SC, Discacciati A, Wolk A. Low-Risk Diet and Lifestyle Habits in the Primary Prevention of Myocardial Infarction in MenA Population-Based Prospective Cohort Study. J Am Coll Cardiol. 30 de septiembre de 2014;64(13):1299-306.

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