¿Qué quieren los pacientes?


Un hecho hoy en día cada vez más reconocido en occidente es que la mayoría de los pacientes no se alinean detrás de una forma de medicina o tratamiento particular. Por un lado, es probable que la mayoría quiera beneficiarse de los avances de la medicina convencional, sabiendo al mismo tiempo que esta no cubre ni puede cubrir todos los aspectos referentes a su salud y reconociendo también con claridad sus potenciales riesgos, incluyendo los efectos adversos de los medicamentos. Es evidente que muchos se sienten incómodos tomando múltiples medicamentos de manera prolongada, desconfían de sus beneficios y sospechan que podrían provocarles a la larga algún tipo de daño.

Es así como los pacientes buscan entre las variadas formas de medicina complementaria existentes alguna manera de mejorar su salud de una manera más suave, persistente en el tiempo y también menos costosa. Con diferentes niveles de preferencia personal y, muy interesante de destacar, con una preferencia que es cambiante de acuerdo con la naturaleza del problema, algunos pacientes recurren como primera intención al tratamiento convencional y otros a los tratamientos complementarios, dejando la otra alternativa como segunda opción en caso de no quedar satisfechos. Otros recurren a tratamientos convencionales y complementarios simultáneamente, que no pocas veces son provistos por el mismo médico.

Una publicación reciente de un grupo de investigadores de varias universidades y hospitales de Francia y Alemania evaluó esta tendencia a la utilización de tratamientos convencionales y complementarios simultáneamente por medio de una encuesta a unos 1800 pacientes. Se pidió a los encuestados expresaran cuáles serían sus preferencias y comportamiento en el caso de padecer alguna de 4 enfermedades graves concretas, tanto físicas como mentales. [1]

Los resultados son muy reveladores. En las posturas extremas de elegir sólo una modalidad de tratamiento excluyendo las demás, sólo el 5% de los encuestados optó por las terapias convencionales y el 2% por las complementarias. El 95% prefiere la integración de tratamientos convencionales y complementarios.

Los autores concluyen: “Este estudio provee nueva evidencia de que, tanto para las enfermedades mentales como físicas, el pluralismo médico es la norma, esto es, la integración de la medicina complementaria con el tratamiento convencional, en general como segunda línea, pero a veces como primera opción.”

Es deseable que los médicos reconozcamos este fenómeno en toda su plenitud y con todas sus implicancias. Visto desde el punto de vista del médico homeópata, es compatible con la actitud que privilegia el tratamiento homeopático cuando su conocimiento y experiencia le indican que puede ser más beneficioso para el paciente que el convencional, pero que recurre a este último, de manera combinada o no, cuando se enfrenta a un fracaso o cree de antemano que será más efectivo que el primero. Desde el punto de vista del médico convencional, alienta a saber que hay otras posibilidades para ayudar a los pacientes y a integrar alguna de estas opciones en su práctica.

Referencias

[1]  Berna F, Göritz AS, Mengin A, Evrard R, Kopferschmitt J, Moritz S. Alternative or complementary attitudes toward alternative and complementary medicines. BMC Complement Altern Med. 8 de abril de 2019 [citado 26 de abril de 2019];19. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6454683/

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