De acuerdo a un trabajo de investigación publicado en el British Medical Journal en octubre de este año, el consumo de leche podría estar relacionado a un aumento del riesgo de mortalidad tanto en mujeres como en hombres y a un aumento del riesgo de fractura de cadera en mujeres, mientras que el consumo de quesos y yogur estaría asociado a una disminución de los mismos riesgos. Los autores advierten que los resultados deben ser considerados con cautela debido a factores confundentes que no pueden excluir por el diseño metodológico utilizado en el trabajo.[1]

Dos grupos de suecos, uno de algo más de 61.000 mujeres fue seguido durante 20 años y otro de 41.000 hombres durante 11 años y su mortalidad e incidencia de fractura de cadera fueron correlacionados con el consumo de leche y sus derivados.

En las mujeres, cada vaso de 200cc de leche por día aumentó el riesgo de muerte un 15%. Las mujeres que consumieron 3 o más vasos de leche por día tuvieron casi el doble de riesgo de morir y un 60% más de riesgo de tener fractura de cadera que las que consumieron menos de uno. Por el contrario, cada porción diaria consumida de queso o yogur se vieron asociados a una reducción de la mortalidad y riesgo de fractura de cadera de 10 a 15%

El efecto nocivo fue mucho menos pronunciado en los hombres. Comparando a quienes bebieron 3 o más vasos de leche por día con quienes bebieron menos de uno, se pudo observar un aumento del 10% en la mortalidad y ninguna diferencia en el riesgo de fractura de cadera. En los varones el consumo de quesos y yogur se asoció a una reducción modesta de la mortalidad y riesgo de fractura de cadera.

Los autores esgrimen la hipótesis de que el consumo de leche podría estar asociado a un proceso de “estrés oxidativo” provocado por la galactosa, uno de los componentes de la lactosa, el azúcar de la leche. La lactosa desaparece cuando la leche fermenta en la proceso de conversión a yogur o queso. Como sostén de la hipótesis, encontraron una asociación entre el consumo de leche y de dos marcadores biológicos de estrés oxidativo.

En concordancia con otro trabajo de investigación publicado este año [2], la evidencia muestra que mientras el consumo de leche está asociado a una mayor presión arterial, colesterol HDL más bajo (vulgarmente llamado “bueno”) y mayor resistencia a la insulina, todos factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. Por el contrario, el consumo de queso y yogur se asocia a una menor presión arterial, colesterol HDL más alto y menor resistencia a la insulina. Curiosamente, el alto contenido graso de los quesos no parece influir en la concentración de los lípidos sanguíneos como sería de esperar, lo cual lleva a pensar que algún otro de sus componentes contrarrestaría este efecto.

Referencias

1- Michaëlsson K, Wolk A, Langenskiöld S, Basu S, Warensjö Lemming E, Melhus H, et al. Milk intake and risk of mortality and fractures in women and men: cohort studies. BMJ. 2014;349:g6015. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4212225/pdf/bmj.g6015.pdf

2- Astrup A. Yogurt and dairy product consumption to prevent cardiometabolic diseases: epidemiologic and experimental studies. Am J Clin Nutr. mayo de 2014;99(5 Suppl):1235S – 42S. http://ajcn.nutrition.org/content/99/5/1235S